La cocina lacada se ha convertido en una de las opciones más elegantes y modernas para tu hogar. Su acabado brillante o satinado aporta luminosidad, amplitud visual y un estilo contemporáneo que combina fácilmente con distintos tipos de mobiliario. En Hélice Cocinas te enseñamos las claves más importantes para tu reforma, incluyendo cómo limpiar y cuidar una cocina lacada para mantenerla siempre en perfecto estado. Con los cuidados adecuados, podrás mantener su belleza y durabilidad durante años.
- Limpieza diaria con productos suaves
Una cocina lacada destaca por su superficie lisa y sin poros, lo que facilita su mantenimiento si se realiza de forma constante. Para la limpieza diaria, basta con un paño de microfibra humedecido en agua tibia y unas gotas de jabón neutro. Evita los productos abrasivos, las esponjas metálicas o los limpiadores que contengan alcohol o amoniaco, ya que pueden deteriorar el acabado.
Después de limpiar, seca siempre con un paño suave para evitar marcas de agua y preservar el brillo. Esta rutina diaria mantiene los muebles libres de huellas, especialmente si tu cocina tiene un acabado alto brillo.
- Cómo eliminar la grasa en tu cocina lacada
Con el uso diario, es normal que la grasa se acumule en los muebles o zonas cercanas a la placa de cocción. Para retirarla, mezcla agua templada con unas gotas de vinagre blanco. Este ingrediente natural desinfecta y elimina la grasa sin afectar la laca. Aplica la mezcla con un paño húmedo, sin frotar con fuerza, y seca enseguida.
En los modelos de cocina lacada mate, es importante no aplicar ceras ni abrillantadores, ya que pueden alterar su textura. En cambio, los acabados brillantes pueden beneficiarse de un limpiador específico para lacas, siempre que sea suave y se use con moderación.
- Prevenir daños por humedad o calor
La prevención es clave para conservar el aspecto original de una cocina lacada. Evita el contacto directo con fuentes de calor, como ollas recién retiradas del fuego o el vapor constante. Usa siempre salvamanteles y enciende la campana extractora mientras cocinas para reducir la acumulación de grasa y humedad.
También es recomendable ventilar la cocina después de cocinar. Aunque la laca es resistente, la exposición prolongada al vapor puede afectar su brillo y provocar pequeños deformaciones en los frentes con el tiempo.
- Cuida los detalles y evita los arañazos
Las superficies lacadas son sensibles a los objetos metálicos o puntiagudos. Evita arrastrar utensilios o apoyar objetos duros directamente sobre los muebles. Si aparece un pequeño arañazo, existen lápices reparadores del mismo color que disimulan las marcas. En caso de desperfectos más visibles, lo mejor es acudir a un profesional especializado.
Se recomienda revisar periódicamente los frentes para detectar posibles desperfectos y mantener su apariencia uniforme, lo que ayuda a alargar la vida útil del mobiliario y conservar su estética original.
- Conservación a largo plazo de la cocina lacada
El secreto de una cocina lacada duradera está en la constancia. Mantener una rutina de limpieza suave, proteger los muebles del calor y la humedad, y evitar el uso de productos agresivos prolonga la vida útil del mobiliario. Para ampliar la información sobre cómo conservar tus muebles y superficies en buen estado, puedes consultar nuestra guía de mantenimiento de cocinas.
Conclusión
Cuidar una cocina lacada no es complicado si se aplican hábitos sencillos de limpieza y prevención. La constancia en el mantenimiento, la atención a los pequeños detalles y el uso de productos adecuados permiten que los frentes mantengan su brillo, elegancia y funcionalidad a lo largo del tiempo. Con estos consejos, cualquier propietario puede disfrutar de un espacio moderno y cuidado durante años. En Hélice Cocinas, enseñar cómo mantener la belleza y durabilidad de cada proyecto es parte de nuestra filosofía, asegurando que cada cocina siga siendo práctica y estética mucho después de su instalación.
